Pero en fin; tampoco es justo que os quedéis sin saber lo que realmente ocurrió
en Zuera. Así que allá va.-
Imaginaros por un momento que sois un jabalí que esta tranquilamente en la riera
del río Gállego a sus raicecicas, pasándoselo en grande hozando entre los chopos
y las junqueras. Mañana de niebla y frio (unos dos o tres grados), y el bicho
tan feliz pensando que ¿quien demonios se va a acercar una mañana así por
allí? (dicho sea de paso, los pocos del pueblo que se dejan ver ponen cara
de pensar de nosotros lo mismo que el jabalí).-
Bien. Está pues, el animalico tan tranquilo a sus cosas, cuando de pronto se ve
venir hacia él una marabunta de señores mayores corriendo, la mayoría en
calzoncillos y en leotardos unos pocos, pero todos con muchos coloricos y
mirando al suelo (aquí Javier habrá colocado la foto de la salida).-
El pobre jabalí, que está en prácticas, se asusta, como es natural (había
que vernos), sale corriendo por delante y cuando lo vamos a alcanzar se sube
como puede a un arbolico junto al río (todo esto me lo contó el después, que
como nosotros íbamos mirando al suelo no nos dimos cuenta de nada). El pobre
animalico que no está diseñado para trepar, llega un momento que no puede más y
se cae del arbolico. Y ya os podéis imaginar cuando; justo cuando acabo de
adelantar al junior que luego ganará la carrera y me he puesto el primero (la
foto que Javier habrá colocado por aquí cerca es de unos instantes antes, cuando
estoy iniciando la maniobra de adelantamiento). Y ¡ojo!, que los junior y
juveniles habían salido un minuto antes que los veteranos (esto fue cosa
nuestra, la organización nos pidió consejo a los abuelos porque la salida con
tanta gente es un caos, y nosotros pensamos en darles un minutico de ventaja a
los chicos, que luego ya los iríamos cogiendo).-
Bueno, a lo que estamos: El Jabalí, con más miedo que alma, se me agarra como
puede a las espaldas, y desesperadico perdido me pide que lo saque de
allí, que le a dar un algo con tanta gente detrás de él y que no aguanta
más. Así que por no dejar el pobrecico con el susto que llevaba dejamos el
circuito y seguimos río arriba hasta Gurrea de Gállego donde tenía a la familia.
En el camino me cuenta que es un adolescente de prácticas, es decir, que lo han
dejado solo para que fuera aprendiendo lo que es buscarse la vida. Al llegar a
Gurrea lo dejo con su madre, una jabalína muy amable que me agradece mucho el
gesto y que insiste en que me quede a comer y nada más. Aunque yo consigo
convencerla de que tengo que volver y terminar la carrera.-
Vuelvo pues y entro en el circuito por el mismo punto que lo había dejado (no
vayan a decir que hecho trampas), pero ¡claro! ya habían pasado todos. Así que
no me queda más remedio que iniciar un esprín largo que aun me permite alcanzar
o ocho participantes antes de llegar a la meta (Javier os habrá colocado más
fotos ilustrativas).-
¡En conclusión!, que nuevamente se ceba en mi la mala suerte. espero que en la
próxima le toquen a otros este tipo de cosas. Que ya sabemos que pasan, pero
¡hombre!, siempre al mismo, ¡no es justo!
Hasta la próxima.-
Pepe Español
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