Cross de San Sebastián - La Crónica

Este domingo hemos tenido el Cross de San Sebastián en la Almunia de Doña Godina. El número XXVIII (el 28, así nos enteramos todos).

¿A que no sabéis porqué lo llaman así?. ¡Exacto! están celebrando estos días las fiestas de San Sebastián que es el patrón de la localidad. Si lo hiciéramos en Fuentes Calientes, lo llamaríamos el Cross de San Fabián y San Sebastián, y el nombre quedaría mucho mejor en los carteles; pero no va a poder ser; en la Almunia en algún momento se olvidaron de San Fabián, y el cross se llama solo Cross de San Sebastián.

Igual que por aquí hacemos con los Santos de invierno, también allí le pegan fuego a una hoguera grande para festejar al Santo.

San Sebastián fue un militar romano muy aficionado al deporte, igual que nosotros. Sobre todo al tiro con arco; aunque una vez se puso delante del arco de sus compañeros en vez de detrás y casi no lo cuenta; y es que hay que tener mucho cuidado con la práctica del deporte, que si no se hace con las debidas precauciones, puede ser muy peligroso. Nació en el siglo III (el 3º), en el año 269; y murió en el siglo IV (el 4º), concretamente en el año 304 (¡que nadie pregunte porque en el siglo tercero los años empiezan por 2 y en el cuarto por 3!. Eso ya lo resolvernos otro día). Por lo visto era muy buena persona (por eso lo declararon santo), y se muy poco más de él, salvo que se solicita su ayuda contra la peste; y que para esto debe ser muy bueno, porque hoy prácticamente no se encuentra este enfermedad; por lo menos en nuestro entorno.

Bueno, pero vayamos a lo nuestro que es la jornada deportiva.- El día por lo que decía la gente era muy malo; con niebla y frío; aunque a mí me encanta correr con este tiempo; lo que no soporto es el aire. ¡Bueno!, y ahora voy a empezar a odiar también la niebla, que no os podéis imaginar lo que me pasó; que yo no me lo crearía si no fuera porque estaba allí. A la hora fijada allí nos tenías a los veteranos en el punto de salida; y “solicos”, que los juveniles y “juniores” no han aguantado más, y han preferido correr con los “séniores” y promesas. Los tenemos “asustadicos”; ¡así somos los veteranos!. Suena el pistoletazo de salida (¡si! ya se que no es muy original!, pero no se me ocurre otra manera de decirlo: suena un disparo de pistola que indica la salida; ¿qué queréis que ponga?). Arrancamos, pues, a correr y en un momento, como ya viene siendo habitual, me coloco en cabeza y es tal mi velocidad que antes de que termine la primera vuelta larga, ya he doblado a todos, y ahí me tienes; ¡tan tranquilo! (lo podéis comprobar; he sido tan veloz que no hay ninguna foto mía en carrera en el reportaje del Olimpo; ¡no me ha visto ni el fotógrafo!).- Termino pues mi recorrido (o eso pensaba yo) y me paro. En esto que dos jueces se me acercan y me preguntan “que si me pasa algo, que me falta una vuelta”. Resulta que mi velocidad a sido tan fulgurante que, entre eso, y la niebla, no me han visto pasar en una de la vueltas. Después de un rato de discusión más o menos pacífica, terminamos con un “¡ustedes no saben con quien están hablando!” (esto lo digo yo) y un “¡o termina Vd. (que quiere decir “usted”) la vuelta que le falta, o no le damos la carrera por terminada y queda eliminado” (esto lo dice uno de los jueces). Así pues, antes de que suba más el tono de la discusión, y viendo que llevo las de perder, agacho las orejas (aunque nadie se da cuenta; que las llevo tapadas) y decido dar una vuelta más (lo que supone una más que los demás, por cierto). ¿Qué sucede?. Ya os lo podéis imaginar, en el entretanto han pasado todos los corredores y aunque consigo remontar solo puedo adelantar a ocho competidores antes de llegar a la meta.- Desesperado por tan mala suerte, y mientras levanto los ojos al cielo acordándome del bueno de San Sebastián (aunque ya se que no tiene culpa ninguna), le pego una patada a una de las vallas del campo de fútbol en el que está la meta, con tan mala suerte que me da una especie de tirón por ahí por la zona del gemelo derecho; y con ello me quedo.

Esta lamentable historia, queridos niños y niñas, nos enseña que tiene razón la Dirección General de Tráfico cuando nos indica que hay que reducir la velocidad con la niebla, sino podemos tener problemas; recordádselo a vuestros progenitores (de paso les recordáis también que cuando llevas un coche pegado detrás, por mucha que sea la niebla, hay que quitar la luz trasera antiniebla; que estoy harto de tener que ponerme las gafas de sol). También nos enseña que con las rabietas no conseguimos nada, y sino miradme a mí; aquí me tenéis sin ganar mi primera carrera, y sin poder ir a entrenar por la “mala acción” que hice la pierna con la pierna derecha.- ¡No lo olvidéis! ¡Hala!; un saludo de vuestro amigo Pepe Español y hasta la próxima.

[Posdata.- Otra prueba de mi espectacular velocidad: En estos momentos (martes por la tarde) miro la clasificación y todavía no han encontrado mi nombre. Solo está el número de dorsal (1206) y el tiempo (21’15). Pasé tan deprisa por la meta que me lleve el nombre de la base de datos con el “vacío” que generé a mi espalda y todavía no lo han encontrado Los llamé y me dijeron que están buscándolo; y que sino no lo encuentran que me llamarán para que les mande otro. Espero que cuando aparezca la crónica ya se haya resuelto el lío]

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