A Hugo Rox y a un servidor los Reyes nos han traído este año un Cross en
Zaragoza, en el Stadium Casablanca, que es un club deportivo que todos los años
organiza en cross el día seis de enero y lo llaman Cross de Reyes (no hay nada
como las cosas sencillas, ¿no es verdad?). Ya van por el XLVII, que es como los
romanos llamaban al número 47 (ojo lo pitos que fueron los árabes, o quien
fuera, simplificando los números). De esos 47 llevan XXX dedicándoselo a Mosén
Francisco; es decir, 30 años según las cuentas musulmanas y las nuestras (aunque
es un poco complicado, queda mucho más bonito con números romanos, ¿a que
sí?).-
El tal Mosén Francisco se llamaba Francisco Izquierdo Molins; y era un cura que
nació en Torrecilla de Alcañiz y que en 1948 fundó el club Stadium Casablanca
entre otras muchas cosas. Os lo pongo porque a mí siempre me mosquea mucho no
tener ni idea de quien son los señores y señoras a los que se dedica algo cuando
han pasado unos cuantos años.-
Pero volvamos a lo nuestro. Hugo hizo una excelente carrera y se quedó el 5º
empatado con otro competidor. ¡Enhorabuena!.-
Lo mío fue más complicado. Una vez que nos despedimos en Teruel el día 31,
después de la San Silvestre, parece que me supo a poco y me dije ¿Por qué no
aprovecho el traje de Rey Mago y empalmo con el Cross de Reyes? Ni corto ni
perezoso, me vuelvo a poner la capa y el turbante y allá que me voy camino de
Zaragoza. Con el síndrome de Forrest Gaaaaaaaaaaamp a cuestas agarro la
carretera de Alcañiz y “pa” Zaragoza (por la Cuenca Minera hay menos quilómetros
y eso, cuando se va corriendo, es de agradecer, y que quería pasar por casa “pa”
decirle a la familia que bajaran a por el coche a Teruel).-
A casa llegue justo a tiempo de comerme las dieciocho olivas con anchoa (¿que
pasa? dedicar las uvas a algo que no sea hacer vino debería estar perseguido.
¡Ah! y yo no tengo la culpa que en la lata de olivas salieran 18 en lugar de 12,
¡no iba a tirar las seis que sobraban!). Después de dejar el “recao” en casa
para que me inscriban en la carrera ¡ale!, a buscar el puerto del
Esquinazo.-
Con esta mala suerte que me viene buscando ya os podéis imaginar que el
viaje iba a ser “complicao”.Yo llevaba idea de llegar corriendo a Zaragoza ya el
mismo día uno y descansar “pa” la carrera. Pero “quiá”, ¡imposible!. No hago mas
que coronar el puerto de San “Jus” (“pronunciao” con jota, no con i griega), me
quedo sin frenos en las zapatillas y “embaladico” perdido me es imposible ganar
la curva del empalme de Escucha y “palla” que me voy; volando como una centella
que no me doy con la chimenea de la central térmica de milagro. Parecía un
finlandés de esos que se tiran con una tablas en los pies por unos toboganes muy
grandes. Me pongo a rezar como un “desesperao” pensando en la que me voy a
arrear en el aterrizaje, que va llegar tarde o temprano, cuando adelanto a tres
dromedarios que me miran con cara de espanto, que vuelan a toda velocidad hacia
Zaragoza (si ya se que los dromedarios no vuelan; pero que culpa tengo yo de que
me pase las cosas más raras del mundo).-
Los jinetes de los dromedarios (que quede claro; dromedario es el de una joroba
y camello el de dos, lo que llevan estos señores son dromedarios; lo del paquete
de tabaco es un dromedario, lo que pasa es que “Dromed” suena peor que “Camel”);
al ver el apuro en que me encuentro, iba diciendo, los jinetes azuzan a los
bichos y me alcanzan justo cuando vamos por encima de Muniesa, y entre los tres
consiguen que aterricemos en la zona de Belchite, sin mucho daño
aparente.-
Después de darles las gracias iba a seguir con mi camino cuando me dicen que no
puede ser; que tienen mucho trabajo atrasado y que tengo que echarles una mano.
Así que pese a mis protestas, me meten en los sótanos de un edificio del Paseo
de la Independencia que tiene unos leones en la fachada con la boca abierta, por
la que la gente mete cartas (y luego me dicen a mí que tengo demasiada
imaginación), y me pego cinco días ordenando y clasificando paquetes junto con
un señor de Murcia con bigotito que me cuanta que el había venido a mandar un
giro a su familia y aquí estaba, poniéndoles lacitos rojos a los
paquetes.-
Terminamos el trabajo el mismo día 6 a las once y media de la mañana, así que
corriendo otra vez, a ver si llego al Stadium Casablanca a tiempo (me diréis que
por qué no cojo el tranvía o un taxi. ¡Con qué dinero!, ¡espabilaos! ¡que voy
con la ropica de correr, y sin un euro!).-
Llego a la salida justo cuando empieza mi carrera, pero entre coger el dorsal,
ponérmelo y unas cosas y otras, a la que inicio mi carrera ya llevan todos una
vuelta. Así que como siempre me toca remontar, y aún sí y todo, consigo
adelantar a cinco, pese a la vuelta de ventaja que les había “dao” sin querer.O
sea, otra vez un resultado espectacular fruto del tesón y el ansia de superación
que me caracteriza, junto con mi reconocida modestia.-
Pero ¿y por qué me pasan a mi siempre estas cosas?. En fin, resignación y hasta
la próxima.-
Pepe Español
Posdata: No mando fotos porque como comprenderéis, además del trajín que me
llevo no voy a ir también con la cámara de fotos colgando. Si cuelguen los del
Stadium Casablanca os aviso.-
1 comentario:
Aqui nos tienes ,esperando ansiosos el siguiente capitulo de :
"Aventuras y desventuras de un Español"
Gracias por alegrarnos un rato
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